Nos hablaron de la profecía maya sobre el fin del mundo y nos explicaron que su verdadero significado era acabar con el estilo de vida que llevamos tantas personas en la actualidad, pasando por el mundo sin preocuparse de los demás, sólo teniendo en cuenta lo material.
Nos dijeron que el mundo sólo puede cambiar si cada persona lo desea.
Nosotros desde El Remolino queríamos poner nuestro granito de arena y el dios Monktezuma nos explicó que para poder quemar algo que no queríamos que siguiera en el mundo primero tendríamos que pasar unas pruebas para demostrar que de verdad queríamos ayudar.
Las pruebas fueron súper divertidas e interesantes, así que no nos costó nada pasarlas y después nos reunimos todos juntos en las escaleras del patio y cogiéndonos de las manos pedimos que todas aquellas cosas malas que queríamos que desapareciesen del mundo se quemaran en la hoguera maya.
Aquella noche nos acostamos con la sensación de que habíamos ayudado a que el mundo fuese al menos un poquito mejor.
