Montar a caballo es una de las cosas más bonitas que hacemos con nuestros niños y niñas.
Subirse a lomos de un caballo y dar un paseo es una actividad que combina diversión, superación personal y, por supuesto, ayuda a mantenerse en forma.
Pero la equitación es mucho más que un deporte...
El gran elemento diferenciador de este deporte frente a otras disciplinas es la interacción con el animal, lo que lo convierte en una actividad aún más atractiva, este contacto directo con el caballo favorece la confianza, el autocontrol de las emociones y también mejora la autoestima e inculca sentimientos como el respeto y la responsabilidad.