Anoche ayudamos a la Guarda Remolinera a encontrar a unos escapistas de la clínica de Cazalla.
Ya os podéis imaginar cómo gritaban y corrían huyendo de los médicos y la guardia porque no querían volver, y claro, cómo nos asustaban a nosotros de paso, cuando no nos los esperábamos.
Descubrimos, gracias a nuestros niños/as qué secretos ocultaban los trabajadores y por qué tantas huidas del centro, y nuestros niños/as se ofrecieron a compartir nuestras instalaciones con los enfermos que no se encontrasen cómodos en su clínica, si es que tenemos unos niños/as adorables!!!
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