Y si hemos estado atentos y hemos entendido todas las indicaciones que nos ha dado, recogemos a la yegua Candela y nos dirigimos al picadero para dar cada uno unas vueltecillas sobre su grupa.
Es divertidísimo montar a caballo, nos encanta.
También conocemos a los demás habitante del Remolino, pero Candela es de nuestros preferidos.
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