Cada noche mientras están aquí, los chicos y chicas tendrán que resolver muchos misterios y ayudar a muchos personajes fantásticos, que llegan al Remolino, atraídos por la luz de nuestro Tótem.
Menos mal que estos niños y niñas son lo suficientemente inteligentes para resolver cualquier enigma que se les presente, como anoche, que tuvieron que encontrar una pala de oro, un rastrillo de plata, una regadera de sueños y agua del pozo de los buenos deseos para poder sacar al elfo de un problemón, pues el pobre se había quedado sin casa gracias a Calcineitor.
La noche acabó estupenda y todo gracias a estos remolineros y remolineras que nunca fallan en lo que se proponen.
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