Cerca de nuestro cortijo, tenemos un lugar lleno de magia. Es nuestro Alcornoque de los Deseos.
Cuanta la leyenda que una niña pequeña que acompañaba a su hermano cada día a dar un paseo a sus ovejas se perdió una fría tarde.
Y la pobre niña dio vueltas y más vueltas intentando encontrar el camino de vuelta a casa, pero le fue imposible.
La chica ya asustada del tiempo que había pasado se acurrucó a la sombra de un gran alcornoque y allí abrazada a su tronco lloró pidiendo por favor poder volver a casa con su hermano.
Con el peso del cansancio se quedó dormidita abrazada al Alcornoque, soñando que alguien la encontraba.
Y no le dio tiempo a soñar más, cuando la despertó un sonido familiar, los cencerros de sus ovejas resonaban en el monte, su hermano había encontrado el camino que la llevaba hasta ella.
Desde ese día prometió que a todo viajero que por la localidad pasara le contaría las maravillas del árbol que concedía deseos, y desde ese día, es tradición en el Remolino subir con todos los chicos y chicas al Alcornoque para que cada cual pueda pedir su más ferviente deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario