Cada tarde cuidamos de todas las hortalizas que pueblan nuestro jardín, para que pueda darnos unos buenos resultados,
y bueno, creemos que con lo que vamos recogiendo se va demostrando que somos buenos hortelanos y hortelanas, ¿no creéis?
Lo bueno del taller de granjeros es que es un taller doble, sí sí habéis leído bien, es doble, porque después de dedicarle un rato a la huerta preparamos la decoración para las diferentes fiestas que se realizan en la granja.
Y claro todas las manualidades que hacemos, la pintura y la creatividad que dejamos volar hace que pasemos unas tardes estupendas.
Las hortalizas caseras no solo pueden convertirse en una fuente de salud, también representan una vía a la autonomía alimenticia e incluso un manifiesto contracultural. exelente proyecto
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