Convertirnos en hortelanos y hortelanas por un día nos hace empatizar con las personas que trabajan el campo, comprenderlas, entender el valor de su trabajo y valorar su lucha por reconocer su esfuerzo.
Hemos aprovechado las primeras horas de la mañana para estar en el huerto, recoger, regar y arar, y las horas donde ya apretaba el calorcito las hemos dedicado a fabricar los carteles del huerto para colocar junto a cada hortaliza.
¿No os parece que nos han quedado súper bonitos?
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