Pasar ratos con Candela y Napoleón, nos aportan energía suficiente para llevarnos sonriendo hasta el infinito y más allá.
La sensación de montar en su grupa y estar en contacto directo con el animal, aporta serenidad y confianza, es un regalo para los sentidos y las emociones se enriquecen con esta actividad tan bonita.
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