EL MUSICÓN
La otra noche vino al Remolino el mismísimo Dios, que tenía una pequeña discusión con el ángel de la guarda, Dios se quejaba de que la gente no valoraba la música como se debe y que quizás una buena solución era quitarlo todo y comenzar desde cero.
Pero claro esa decisión era demasiado drástica, y nos concedió la oportunidad de demostrarle que verdaderamente nos gusta la música y la conocemos realmente.
Así que pusimos todo nuestro empeño y le demostramos que la vida sin música sería algo muy triste, así que... esta es una aventura más de cómo los remolineros y remolineras salvaron la situación.
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