Una verdadera locura. Pero una locura muy divertida.
Lo pasamos genial jugando por la mañana al juego nocturno, El Tesoro del Faraón.
Y después tuvimos piscina antes de comer en lugar de después.
Tras la comida hicimos talleres de creatividad, y montamos una verdadera fiesta, con pintacaras, pasacalles, bailes y música, fue divertidísimo.
Y por la noche, los más pequeñitos tuvieron cine y los mayores la noche del terror.
Fue un día diferente y entretenidísimo, que no queríamos que acabara.
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