Son días que se salen la rutina y en los que hacemos cosas totalmente diferentes.
Este año hemos tenido "El día del Mundo al Revés". Y ha sido estupendo.
Los monitores nos despertaron con canciones de cuna, vestidos aún con sus pijamas y nos daban las buenas noches mientras nos hacían bajar al comedor en pijama.
Llegaron unas brujas que nos contaron que un mago de un cuento había hecho mal un hechizo y todo el día estaría del revés. Así que por la mañana en lugar de talleres, tuvimos juego nocturno, "El Tesoro del Faraón".
Tras el juego, nos fuimos a la piscina.
Y después de almorzar tuvimos talleres de creatividad, en los que montamos una buena fiesta, algunos y algunas se encargaron de hacer carteles y pintarse la cara para hacer un pasacalles, otros crearon una canción sobre el Remolino, otros chicos y chicas bailaron y también tuvimos a un grupo de percusionistas.
Por la tarde tuvimos talleres de granja y campo, y tras la cena, en lugar de jugar, hicimos unos magníficos itinerarios nocturnos, ¡qué bonita esta la granja de noche!
Terminamos la noche comiéndonos un pedacito de tarta y antes de irnos a la cama se rompió el hechizo.
Aaay si todos los días pudiesen ser del revés...
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